Para quien llega por primera vez a Magallanes, hay ciertos aspectos que en forma inmediata le llamarán la atención, como el viento que sopla en la inmensidad de las pampas, en cuya extensión la soledad es su principal característica, es por esto que Fundación Huellas Magallánicas, Café del Stretto y la Seremia de Cultura han propiciado un conversatorio a desarrollarse el sábado 24 de mayo a partir de las 18:00, en Calle Roca 975 en Punta Arenas.
Es un punto de encuentro y aprendizaje que nos lleva a transportarnos a las nolgicas épocas de las estancias en la pampa magallánica, para muchos al poco tiempo de permanecer en esta querida y austral tierra, atrapará sus sentidos, si tiene la oportunidad de presenciarlo, el “Truco”, juego de naipes que, a primera vista, es incomprensible para el neófito.
Solo con el paso del tiempo el recién llegado “nortino”, comenzará a entenderlo y a jugarlo, tratando de dominar sus aspectos formales y entender su espíritu.
El Truco, cuyos orígenes se remontan a la vieja España, es jugado además de nuestro país, en especial desde Chiloé hacia el sur, en Argentina, Brasil y Paraguay.
En Magallanes ha sido desde décadas inmemoriales, un juego que es parte de la vida de los ovejeros y estancieros, que gradualmente ha sido adoptado por las familias y la sociedad en su conjunto.
Su ameno desarrollo, a base de jugadores organizados en parejas o tríos, permite para quien llega a dominarlo, disfrutar de un entretenimiento que, a juicio de muchos, lo convierten en el mejor de los juegos de naipe existente.
Claro está que lo anterior, es válido solo para quien logra jugarlo adecuadamente, conforme a sus consuetudinarias reglas, porque de lo contrario, será objeto del escarnio de los jugadores más avezados.
No se debe olvidar para dominar su arte, el empleo de los versos correspondientes, habitualmente creados por cada jugador, que le dan un sabroso contenido y lo hacen aún más incomprensibles a los que no lo saben jugar.
Para el historiador magallánico Antonio Yakcich, nacido en Morro Chico y actual director del Museo Histórico Militar, comenta que “algunos de sus versos trascienden a sus creadores y son utilizados masivamente, como el que reza textualmente; “Alambrada de siete hilos, campo, flor y buena aguada, si quiere ganarme al Truco, tiene que tener el az de espadas”, cuya parte central hemos empleado como título de éstas líneas”.
Menciona el historiador que “ahora bien, el jugarlo no solo es patrimonio de los que hemos nacido en la zona, muy por el contrario, muchos de los que llegan a vivir a ella lo adoptan durante su permanencia y al pasar los años y partir hacia otros confines, lo siguen jugando”.
Yakcich menciona que “es por ello que el Truco ha sido por años uno de los juegos más utilizados por los integrantes de las Fuerzas Armadas, que cubren guarnición en la Región de Magallanes, hayan o no nacido en la zona. En la década del setenta ya era profusamente jugado entre los militares, ya fuera en los casinos del personal, como en campaña, amenizando con su entretenido devenir las largas noches australes”.
Antonio Yakcich menciona que en el contexto de la Crisis del Bleagle de 1978 cumplio un rol clave, “la lejanía de la familia llegó a ser una constante por meses, la incertidumbre de lo que podría llegar a suceder se convirtió en una preocupación latente y el ritmo de convivencia habitualmente guarnicional de los militares varió, a una permanente vida de campaña. Solo aquellos que estuvieron por largo tiempo en las posiciones desplegadas en el terreno, con condiciones climáticas adversas y sin acceso a las más mínimas comodidades de la vida moderna, comprenden los sentimientos que anidaban en los corazones de aquellos, que habiendo jurado servir a la Patria y a sus sagrados intereses, estaban dispuestos a sacrificar sus vidas si fuese necesario por ella”.
Describe con emoción que “Evidentemente, no eran muchas las comodidades, ni menos aún, la disponibilidad de elementos que permitían facilitar la vida en el terreno, por ello, el consabido mate fue un reanimador brebaje para muchos, siempre y cuando se tuviera acceso a agua caliente para prepáralo. Compañero inseparable del Truco, el mate revive el cuerpo cuando se está aterido de frío y alegra el verso cuando en una mano del juego, se tiene buenas cartas y expectativas de obtener los puntos de un “real envido” o un “retruco querido”.
El Truco era una de ellas, alrededor de una improvisada mesa o en el suelo de una carpa de campaña, cuatro o seis jugadores se enfrentaban en dos equipos, al desafío del entretenido juego, tratando de imponer sus “estrategias” al eventual contrincante.
Pasando de mano en mano, el mate en muchas ocasiones acompañaba el juego, reanimando los entumecidos cuerpos.
El historiador Antonio Yakcich, “muchos de esos ya viejos soldados, pasados los acontecimientos que dieron vida a la crisis y habiendo emigrado de Magallanes, para continuar su carrera militar en otras guarniciones, ya en retiro luego de una vida de servicio al país, se juntan a jugar con sus antiguos camaradas Truco, su fiel compañero de aventuras, cuando la incertidumbre y el riesgo de un indeseado conflicto, marcaba el devenir de sus juveniles vidas”.
“Seguramente, al escuchar que le cantan una “falta envido” o “un quiero vale cuatro”, brotan con fuerza en sus mentes, los recuerdos de una de las tantas noches bajo las estrellas de la Cruz del Sur, sumergidos en una posición defensiva en la noble tierra magallánica, sintiendo nuevamente al revivir dichos momentos, que la Patria está por sobre sus vidas y que, de ser necesario, independientes de los años que tengan, se sacrificarían nuevamente por ella”, afirma con emoción Antonio Yakcich.
Es de esta maner que, a los curiosos y noltagicos, a los magallánicos de la pampa o de la ciudad, se hace esta invitación a conocer y aprender a jugar uno de los juegos más carácterísticos de Magallanes, este sábado 24 a partir de las 18 horas en Roca 975, y no se olvide que “aquí me pongo a cantar porque no encuentro laburo, tengo tres tantos de flor y dos de truco seguro”.
