Francisco Chahuán Chahuán
Senador de la República
El 1 de julio se conmemora el Día Internacional de las Ayudas a la Navegación, instancia creada por la Asociación Internacional de Señalización Marítima y Autoridades de Faros (IALA) creada en 1957, y que simultáneamente recuerda su aniversario de fundación.
Las Ayudas a la Navegación son tanto los faros habitados, señales electrónicas, balizas luminosas y ciegas, las cuales guían a los navegantes por las rutas marítimas, siendo vitales para la seguridad y transporte, siendo Chile un referente a nivel mundial en esta importante red.
Chile es parte integrante de la IALA, además es miembro del Consejo de esta importante instancia internacional, un reconocimiento al profesionalismo y entrega de los especialistas en faro, hombres y también mujeres que escriben una historia muchas veces silenciosa entre viento, temporal y soledad extrema.
Ser farero en Chile es un honor, ver sus obras a lo largo de todo nuestro litoral un privilegio, los cuales son frutos de largas jornadas de construcción, mantenimiento y operación, teniendo nuestros “Fareros del Fin del Mundo” aprender los oficios más básicos y elementales hasta la tecnificación electrónica y satelital más compleja.
En este día que conmemoramos las Ayudas a la Navegación, también reconocemos el trabajo de aquellos silencios servidores, quienes ya sea en un faro aislado, navegando realizando mantenimiento o evaluando una estructura, han puesto el nombre de Chile en lo más alto, tareas que incluyen desde el árido desierto, Isla de Pascua, nuestro intrincado litoral sur y austral, así como el Territorio Chileno Antártico.
Como país tenemos un papel protagónico en esta conmemoración, recordándonos nuestra vocación marítima, en donde los esfuerzos que se han realizado permiten que las rutas marítimas de nuestro país sean seguras, pero es fruto de un tremendo esfuerzo y sacrificio.
En este día que recordamos este hito, homenajeamos a quienes lo han hecho posible, tanto a nivel político estratégico como a quienes con su esfuerzo y sudar han instalado aquellas luces y guías a los navegantes, poniendo el nombre de Chile en lo más alto y proyectandonos a través del mar.
